
Quiero que aproveches al máximo París en 4 días porque en la Ciudad del Amor no hay tiempo que perder: aquí los minutos se miden en luces, en pasos junto al Sena y en aromas de café recién molido. Cada rincón puede ser el principio de una historia.
He estado muchas veces en París, pero siempre vuelvo con la sensación de verla por primera vez. Es grandiosa. Por eso, en este viaje por París durante 4 días quiero llevarte conmigo, entre lluvia, sol y croissants calientes. Una ciudad que enamora incluso cuando el cielo se vuelve gris.
Índice del artículo
Itinerario para 4 días en París
París es una ciudad que no se ve: se vive. Puedes recorrerla con mapa o dejarte llevar, pero siempre termina sorprendiéndote. A mí me ha cautivado. Cada visita es distinta, cada estación le cambia el alma. No importa si es tu primera vez o tu regreso: la ciudad siempre tiene algo nuevo que mostrarte.
Por ello, este itinerario por París en 4 días es una guía que puedes moldear a tu gusto. No está pensado para correr, sino para sentir. Puedes seguirlo tal cual o adaptarlo según tu ritmo, tus gustos o el clima. París se disfruta así: a tu manera, paso a paso, dejando que te conquiste sin prisa. Así que… ¡Empecemos con el itinerario!

Día 1 – Isla de la Cité y Barrio Latino
Empieza tu recorrido en la Isla de la Cité, donde nació París. A esta hora la ciudad despierta lentamente, y los primeros reflejos del Sena se mezclan con el olor a pan recién hecho. Si pasas por una boulangerie cerca de Notre Dame, entra: el aroma a mantequilla es irresistible.
Primeramente camina hacia la Catedral de Notre Dame, tan imponente como siempre, aún despues del incendio que sufrió. Me gusta rodearla despacio, escuchar a los músicos callejeros y mirar cómo la niebla del río acaricia su arquitectura. Desde el Pont Saint-Michel puedes hacer una de las mejores fotos de la mañana.
Luego, a pocos pasos te espera la Sainte Chapelle, una joya que parece flotar en luz y que no puedes perderte. Compra tu entrada con antelación; las filas pueden ser eternas. Y no hay tiempo que perder. Dentro, los vitrales te dejarán sin aliento: son los más hermosos que he visto nunca.
Sigue caminando por el Boulevard du Palais hasta la Conciergerie, donde estuvo presa María Antonieta antes de su trágico final. Es un lugar sobrio, pero cargado de historia. Cuando salgas, deja que el aire fresco del Sena te devuelva la vida. Queda mucho por recorrer.
La Sainte Chapelle es una joya gótica que merece una visita con calma
Cruza el mítico Pont Neuf y dirígete al Barrio Latino. Verás como, el ambiente cambia: estudiantes, librerías y cafeterías llenan las calles. Me gusta sentarme en una terraza con una copa de vino, ver pasar la gente y sentir que estoy en la ciudad de la luz; es París en su forma más pura.
Un poco más arriba está el Panteón de París. Una joya. Ten tu entrada comprada con antelación: el tiempo en París es oro. Desde su cúpula los tejados parecen olas grises bajo el cielo, y por un momento sientes que la ciudad entera te pertenece.
Sigue caminando hasta los Jardines de Luxemburgo. Aquí vuelve la calma: las parejas se toman de la mano, los amigos charlan sentados y el aire huele a hierba mojada. Siéntate un rato y escucha el rumor de la fuente; también eso es París.
Al final del día, casi con el sol cayendo, sube a la Torre Montparnasse. Reserva tu entrada antes al rascacielo; las filas son largas al atardecer. Desde arriba, la Torre Eiffel brilla como una joya. Verla parpadear hacia las 10 de la noche es una imagen que nunca olvidarás. Lo mejor de los 4 días en París acaba de comenzar.

Día 2 – La Torre Eiffel y los Inválidos
El segundo día empieza con emoción: toca ver el gran icono parisino. Llega temprano al Campo de Marte, cuando aún hay poca gente y la luz es suave. La Torre Eiffel parece más alta cuando el cielo es gris. Y una cosa que no me cansaré de repetirte, si puedes, compra la entrada con antelación; las colas pueden ser de dos horas.
Aquí puedes adquirir diferentes entradas para la Torre Eiffel:
- Entrada a la 2ª planta de la Torre Eiffel: Entrada con acceso prioritario para subir en ascensor a la primera y segunda planta con audioguía en español.
- Subida a Pie a la Torre Eiffel más Ascensor: Tour con guía en español con subida a pie hasta la primera y segunda planta, más ascensor hasta la cima.
- Entrada a la 3ª planta de la Torre Eiffel: Entrada para subir en ascensor a la cima con audioguía en español.
Escojas la entrada que escojas, subir sin prisas es la mejor forma de disfrutarla. En cada nivel, París se transforma: los tejados, los puentes, el Sena como una cinta plateada. En la cima, el viento te despeina, pero la vista compensa cualquier esfuerzo.
Sube temprano a la Torre Eiffel y disfruta de las vistas más grandiosas de París
Luego baja paseando por el parque y dirígete hacia Los Inválidos, donde esta la tumba de Napoleón. El edificio brilla con su cúpula dorada incluso entre nubes. Este es uno de los grandes símbolos de París y un imprescindible. No te lo pierdas.
Al salir, cruza el Puente Alejandro III, el más elegante de la ciudad. Es un lugar perfecto para una foto a media tarde: las esculturas doradas, el Sena detrás y la Torre Eiffel al fondo. París tiene rincones que parecen hechos para detener el tiempo.
Sigue caminando hasta el Petit Palais. En su patio interior hay un pequeño café bajo una galería de columnas. Pide un espresso y escucha el murmullo de la fuente: sentirás que la ciudad respira distinto.
De ahí, seguimos nuestro itinerario hacia los Campos Elíseos. Pasea sin prisa, mira los escaparates, deja que el ritmo de París te lleve. Cada esquina guarda una historia, cada farola parece una promesa.
Cuando caiga la noche, te recomiendo hacer un tour nocturno por París. Es de esos tours que enamoran. París se vive de día y de noche. La Torre Eiffel iluminada, la Ópera Garnier, la Plaza de la Concordia… todo parece brillar un poco más cuando el día se apaga.

Día 3 – El Louvre, la Plaza de Concordia y el crucero por el Sena
Comienza el día visitando el Museo del Louvre. Si puedes, ten tu entrada al Louvre comprada con antelación y evita las largas filas. Son de hasta 3 horas. El reflejo de la pirámide en el agua al amanecer es una de las fotos más bonitas que harás de todo París.
Dentro, la Mona Lisa atrae todas las miradas, pero detente también ante la Victoria de Samotracia y la Venus de Milo. No intentes verlo todo; París se disfruta despacio. Pero bueno, si quieres conocer lo mejor haz la visita guiada al Louvre. Te irás habiendo conocido las mejores obras.
Cuando salgas, cruza los Jardines de las Tullerías. Aquí el aire huele a flores y a tierra húmeda. Desde las sillas verdes se ve la Plaza de la Concordia al fondo: un encuadre perfecto para tus fotos.
El Museo del Louvre guarda más de 35.000 obras
En la plaza, el Obelisco de Luxor te recuerda que esta ciudad siempre fue un puente entre mundos. Desde aquí, sigue caminando por los Campos Elíseos, entre árboles, cafés y escaparates.
Al final del paseo te espera el Arco del Triunfo. Subirlo al atardecer es un ritual. Desde arriba, las luces del tráfico dibujan una estrella perfecta y el horizonte parece infinito. Saca la entrada al Arco del Triunfo también con antelación. París no se detiene, no lo hagas tú.
Al bajar sigue hacia el Trocadero, frente a la Torre Eiffel. Es uno de los mejores puntos para hacer fotos, especialmente cuando el sol cae y las luces se encienden.
Para cerrar el día, haz un crucero por el Sena al atardecer. Verás pasar los puentes, el Louvre y Notre Dame iluminados. La ciudad reflejada en el agua parece flotar, y tú con ella. Es de las mejores experiencias que vivirás en París en 4 días.

Día 4 – Versalles, Montmartre y el Moulin Rouge
El último día comienza con grandeza. Toma el tren temprano hacia Versalles ya con tu entrada al palacio reservada la entrada antes de ir. Las colas son largas, y aunque lo que te espera dentro lo compensa, no quiero que pierdas tiempo. Versalles es enorme.
Caminar por los salones del palacio es como recorrer un sueño. En la Galería de los Espejos, la luz se multiplica y todo parece brillar. Afuera, los jardines huelen a lavanda y suenan las fuentes. Son lo más espectacular del palacio.
¿Sabes que guardan muchísimos rincones como la Aldea de María Antonieta? Hacer una visita guiada a Versalles te llevará por todos los rincones ocultos de este inmenso palacio haciendo que descubras todos sus secretos.
El Palacio de Versalles destaca por sus jardines con fuentes espectaculares
De vuelta en París, pasa por las Galerías Lafayette. Sube a la terraza: la vista sobre los tejados y la Ópera Garnier es espectacular, especialmente si el día está nublado y la ciudad se vuelve dorada.
A media tarde, ve a Montmartre, el barrio bohemio por excelencia. Aquí los artistas pintan al aire libre y la vida se siente más lenta. En la Place du Tertre puedes hacerte un retrato o simplemente observar el arte fluir entre los lienzos.
Sigue hasta la Basílica del Sacré-Cœur. Desde sus escaleras, París se extiende hasta el horizonte. Si llegas al atardecer, la luz del cielo se mezcla con la música de los guitarristas callejeros. Amor en estado puro.
Al bajar, las luces de Pigalle te guiarán al Moulin Rouge. Es el broche perfecto para despedirse los 4 días en París: música, color y un ambiente que resume la energía de la ciudad. París se despide bailando.

París en 4 días: recomendaciones
Si deseas incluir un día mágico en tu viaje, puedes cambiar alguna visita, como Versalles, y dedicar ese día a Disneyland París. ¡Si vas con niños les encantará… aunque también a vosotros! Para aprovechar bien el parque, lo mejor es sacar la entrada con antelación.
Y si quieres ahorrar, te recomiendo sacar la Paris Pass para 4 días. Con esta tarjeta tendrás acceso a la mayoría de las actividades mencionadas, el Museum Pass y, además, incluye comidas en restaurantes, catas de vino o champán y otras experiencias únicas. ¡Yo la saqué la primera vez que fui a París! ¡Ahorramos mucho!
Y bueno, quiero que sepas que París nunca se deja conocer del todo, pero no te preocupes. Hacer este recorrido por París en 4 días te mostrará su esencia, pero la verdadera magia está en los detalles: el olor del pan, el reflejo de una farola a medianoche, el Sena, etc. Es diferente. Quédate con ellos.
Verás que cuando creas que ya la entiendes, París cambia de nuevo. Porque la ciudad del amor no se visita: se vive, se recuerda y se sueña. Siempre querrás regresar. Y no olvides una cosa. Un saludo y… ¡A ser felices!
